lunes, 12 de diciembre de 2011

Grecia: El Partenón

Es un templo octástilo, anfipróstilo y períptero, y, a pesar de la destrucción y los saqueos, sigue siendo el emblema universal del arte griego.



Se concibió como una expresión de agradecimiento por parte de los atenienses a la diosa Atenea*¹, que les había conducido a la victoria en la guerra y mostraba la prosperidad de la época de Pericles*².
Previamente, Pericles tuvo que vencer la oposición de la Asamblea a financiar los gastos del templo, pues los ancianos habían jurado durante las guerras médicas mantener en ruinas la Acrópolis, para que las futuras generaciones recordaran las consecuencias de la guerra.


La planificación fue de los arquitectos Ictino y Calícatres y la supervisión general corrió por cuenta de Fidias, quien hizo la ornamentación y la imagen titular de la Atenea Parthenos.


Lo que más sorprende de la arquitectura es lo que no se ve: los refinamientos ópticos que utilizaron en la curvatura del entablamiento, la inclinación y el abultamiento de las columnas o la distancia desigual de los intercolumnarios, fue para corregir las aberraciones del ojo humano. Es decir, lo hicieron sutilmente curvado para que el ojo humano lo viera recto.


Aunque a simple vista parezca recto, en realidad el Partenón está curvado (como en la imagen).
*¹Atenea: Diosa Griega de la sabiduría, del arte de la guerra y de la industria.
*²Pericles:  Estratega y político griego.

Imágenes extraídas de Google.
Información sacada del libro Historia del Arte. Autor Jesús Palomero Pálamo. 
Editorial ANAYA



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