Los egipcios se distinguieron por buscar deliberadamente el canon de belleza ideal del cuerpo humano.
En su elaboración se sintetizaron tres conceptos:
- El cuerpo humano debía estar armónicamente proporcionado Decidieron que el puño sería el módulo regulador.
- Ley de la frontalidad: Consistía en representar recta la línea de los hombros y de las caderas. Ello permitía dividir verticalmente la figura en dos mitades, que se solapaban, sin desviarse del eje central.
- Visión rectilínea: afecta solo al relieve y a la pintura quedando al margen de esta fórmula las estatuas exentas por estar concebidas en tres dimensiones.
Imágenes extraídas de: Google
Texto extraído de: Historia del Arte de 2º de Bachillerato, de Anaya.
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